La elección de trabajar en un sombrero característico de Luis XIV pone interés en la noción de cómo el poder de éste rey se concentro en vender una imagen a la gente de monarca absoluto, y a su vez de sumisión por la gente que esto asumía. Luego seguí leyendo sobre la corte de Versalles y como el esplendor de la misma llega a ser un símbolo emblemático de grandilocuencia. Continué mi búsqueda en internet y encontré un texto de Gabriela F. Canavese, “Ética y Estética de la civilidad barroca, coacción exterior y gobierno de la imagen en la primera modernidad hispánica”. Lo que me intereso fue que por más de que hablara de España, narra muy bien la pomposidad de la vida de las cortes, la competencia despiadada por demostrar la categoría social, la ostentación que se convierte en el decorado exterior de la existencia. La necesidad, la obsesión y la opresión por dar muestras externas de la clase social, la desesperación por causar envidia en los demás y la ambición de superar a todos los rivales, que conforman la vida cotidiana de los miembros de la corte.
Otro texto que leí fue el de Carlos Bembibre “Del barroco al rococó: Indumentaria, encaje, bordado”.
En este sombrero trate de utilizar materiales que puedan acercar al espectador la noción de esta temática elegida, la tela simula el terciopelo, es amarilla para hacer referencia a Luis XIV que se hacia llamar rey sol.
Decidí ponerle un pájaro enjaulado por muchos motivos, no solo para demostrar lo ostentoso sino para dar cuenta de la ridiculez que conlleva esto. Por otro lado este monarca podría usar cualquier cosa que siempre iba a estar bien visto. Cabe agregar que el hecho de estar mostrándose así todo el tiempo generaría a mi entender una especie de encierro o ensimismamiento que decidí representar incluyendo en mi sombrero una jaula a la que le coloque un canario amarillo que representaría el mismo rey encerrado. Además lo perfume con colonia debido a lo típico que era en el barroco perfumar algunas cosas de su atuendo.
Con respecto al texto de Roman Gubern lo puedo relacionar cuando dice “La confusión entre vida real y ficción, ha sido eficazmente preparada por varias décadas de cultura cinematográfica, televisiva y publicitaria, y abonada por una presión mediática hacia el culto narcisista al look personal, un look que no es otra cosa que la imposición de una ficción embellecedora a una existencia personal insatisfactoria. A partir de esta premisa, no ha de extrañar que los medios se hayan convertido primordialmente en biombos artificiales y poco inocentes para ocultar los aspectos menos gratos de la realidad. Y que la realidad virtual sea la expresión mas congruente de una cultura social hipericónica que tiende mas a valorar el parecer que el ser, el look que la identidad”. Considerando esto creo que es similar a la realidad que presentaba Luis XIV en esto de él mismo imponerse como un monarca absoluto utilizando el arte barroco como un medio para realizarse como el rey sol. Por otra parte, en la vida cotidiana de las cortes, o sea, esta lucha constante para mantener su estatus que solo lo manifestaban exteriormente, en donde era mas importante cómo los demás lo vieran que lo que ellos mismos pensaran de sí mismos, mas importante mantener una apariencia pomposa que si identidad.
